domingo, 13 de mayo de 2007

Cuarta Semana

Intención: Por las vocaciones sacerdotales y religiosas.


Lectura: Jn. 13- 12, 15

Reflexión:
Ésta semana se nos presenta una de las partes de la lectura que tuvo lugar el Jueves
Santo, cuando recordamos la Última Cena, fue allí dónde Cristo, “ Habiendo amado a los suyos hasta el extremo” (Jn. 13, 1), hizo sacerdotes de la Nueva Alianza a los Apóstoles. Asimismo, debemos contemplar al Señor mientras se inclina ante cada uno de sus sucesores y representantes para lavarles los pies y llamarlos a seguir sus pasos, dar a conocer al mundo la Buena Nueva.
En esa misma cena , expresa la meta y el sentido de la vocación sacerdotal y religiosa que es, “ir y dar fruto y que el fruto permanezca” (Jn. 15, 16).
Juan Pablo ll dijo : “Al oír los Apóstoles aquellas palabras, las aplicaron a sí mimos, reconociendo en ellas una llamada personal. De igual modo, también ahora los pastores de la Iglesia han de ser los primeros en responder a este amor cumpliendo los Mandamientos y ofreciendo cotidianamente su vida por el pueblo del Señor.”
Pues bien... miremos hoy a la Iglesia, por supuesto que hay fruto: a medida que pasó el tiempo fue extendiéndose y requiriendo de más pastores que la guíen. Todo comenzó en pequeños poblados, apenas unos pocos, y hoy casi el mundo entero tiene conocimiento de la existencia de Dios.
Pero también vemos algo que Cristo mismo dijo: “ La miés es mucha y los trabajadores son pocos. Rogad pues al Dueño que envíe obreros a su mies” (Mt. 9- 37, 38). Aquí estamos hoy por aquella intención, porque el mundo espera obreros dispuestos a trabajar en la miés de Dios.
En cuanto a esto el Papa Benedicto XVI nos dice: “Cuando en el Evangelio dice se refiere, no sólo a los tiempos de Jesús en Palestina, sino también a nuestros tiempos. Eso significa que en el corazón de cada hombre crece una miés que en lo más profundo espera a Dios, y espera una orientación que sea luz, que indique el camino.”
¿ De qué manera podemos ver hoy a Dios en nuestra alma, si vivimos rodeados de un mundo que nos aleja cada vez más de Él?.
“Rogad pues al Dueño de la miés”, nosotros tenemos ese deber como Cristianos de pedir a Dios que haya vocaciones, sacerdocio y las vida consagrada. Tal vez nos resulte extraño pedir por las vocaciones en un país que en su mayoría se dice católico, pero vemos que es posible y que tal vez no somos tan católicos como decimos serlo.
Lo que sabemos claramente es que no se puede cono deja muestra el Papa Benedicto XVI en una homilía “producen vocaciones”, sino que deben venir de Dios. Y por eso nos dirigimos a Él, para que mueva y despierte el corazón de aquellos elegidos, encendiendo en ellos el entusiasmo y la alegría del Evangelio y haga que comprendan que esa elección es el tesoro más valioso que cualquier otro, y que quien lo descubre debe transmitirlo.
Así pues, debemos pedir que quienes permanecen en Dios, como dice la carta de San Pablo a los Filipenses, tengan los sentimientos de Jesucristo, transmitan el Evangelio y transformen al mundo.
Concluyamos entonces con las palabras del Santo Padre en una homilía con religiosos y seminaristas en Alemania: “ ¿Adónde vamos si respondemos al llamado del Señor?, -Instituyó a los Doce, para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar- (Mt. 3, 14).
Estar con Él y salir al encuentro de la gente, ya que, quienes verdaderamente – están con Él- aprenden a conocerlo y pueden anunciarlo de verdad.”
(Meditamos unos minutos en silencio)

Oración de los fieles:
A cada intención respondemos: “Jesús Misericordioso, escucha nuestra oración”

U: Para que el Señor se compadezca de nosotros que a veces estamos como ovejas sin pastor, y envíe obreros, testigos suyos, personas que señalen a su país y al mundo el camino que lleva a la “vida en abundancia”.

Oremos...

U: Para que todos aquellos que han recibido el don de la vida consagrada, no teman a su llamado y abran la puerta a la verdadera felicidad.

Oremos...

U: Siendo la última semana de esta “Cruzada de oración por la Patria”, pidamos para que habernos unidos en oración por la Iglesia en la Argentina, dé buenos frutos en cada unos de nosotros y así demostremos ser verdaderamente cristianos y defendamos nuestros valores, que son los de Dios.

Oremos...

U: Oremos:
Jesús Misericordioso, que nos salvaste muriendo en la Cruz por nuestros pecados, y nos alegraste con tu Resurrección; concédenos, que imitando a tu Madre Maria Santísima, demos a conocer de un mejor modo el Evangelio. Por Cristo nuestro Señor.

T: Amén

Rezo de la Coronilla
Oración por la PatriaCantar a Jesús Misericordioso: EJ: “ Cristo Jesús”

No hay comentarios: